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17 ago 2010

Tren a Kunming - China en chino - Sexta Parte

Llego a la terminal de trenes por segunda en el mismo día. Ahora sí que hay mucha gente haciendo cola para entrar. Ingreso a la estación, apoyo mi mochila de mano y mi mochila grande en la cinta del scanner. La gente se pelea por un lugar en la cinta. Hay tantos bolsos que no creo que puedan detectar absolutamente nada. Se me ocurre que este scanner no es más que una farsa china. Poco después de las 11 am llego al asiento número 012 del coche 007. Esta vez fue bien fácil encontrarlo. Tengo el asiento de la ventana pero una china está sentada en la ventana, frente a la mesita. Le muestro mi número, se corre y me siento en la ventana. Esta vez quiero ver el paisaje y sacar fotos. Enfrente tengo una pareja china joven, de unos 20 años. Ella tiene cara de aburrida, de resignada. Tenemos un viaje de ocho horas por delante. Los observo un rato disimuladamente. La china luce un vestidito estival muy mono y unos pelos negros y largos debajo de los brazos. Me pregunto quién me dijo que las asiáticas no tienen pelos. Me muero de ganas de sacar la netbook para escribir y me preocupa que me la arrebaten por la ventana así que me abstengo. Pero estoy en China, no creo que pasen estas cosas, no aún, así que finalmente la saco y escribo y escribo, escuchando música, hasta pasadas las dos primeras horas de viaje. Luego miro por la ventana, el viento me pega en la cara, saco fotos, intento leer pero los túneles son tan frecuentes que es difícil mantener la concentración en el libro. Sigo hasta terminar el capítulo y luego me dedico a mirar por la ventana. En algún momento decido ponerme mis anteojos de sol, que ya no me gustan tanto, porque siento que me entra polvo en los ojos. El tiempo pasa rápido, son las 16 horas. De repente, la china de la pareja joven que está enfrente me mira y me ofrece un pañuelo de papel mientras se señala la cara... ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara? Le pregunto, me hace señas de que tengo la cara sucia y me dice algo en inglés. Acepto el pañuelo, me saco los anteojos y lo paso por mi cara, lo miro, ESTÁ NEGRO, NEGRO, NEGRO. Wow! Debo tener la cara NEGRA! A mí me parecía que estaba acumulando algo de polvo en el pelo, sí, sí, cada vez lo sentía más áspero... Le pregunto en inglés si ya está y con señas, me señala la nariz y me acerca otro pañuelo. Wow! Otra vez, NEGRO. Me dice: "It is not very clean, it is China...". Very clean?, ESTOY NEGRA!!! Is it China? En Argentina también hay polvo y MUCHO pero no recuerdo haber visto a nadie terminar un viaje de tren con la cara NEGRA!!! Me ayudan a cerrar la ventana. Limpio mis auriculares que también están NEGROS y se rompen! No importa, son COSAS y los vengo usando desde Buenos Aires, hacía tiempo que tenía ganas de reemplazarlos, tengo dos pares más conmigo. Saca otros pañuelos, de los húmedos esta vez, y me da uno, luego otro. Uso uno y guardo el segundo para cuando estemos cerca de Kunming para no salir NEGRA a la calle. Aprovecho que mi amiga habla algo de inglés y le pregunto a qué hora llegamos, "Between five and six". Son las 17 hs pasadas. Ya estamos llegando. Qué bien! El viaje es más corto de lo que pensé, esperaba que lo fuera pero no tanto. Me imagino llegando al hostal con la cara negra y los círculos oculares blancos porque tenía anteojos y me muero de risa sola. Qué suerte que mi amiga me avisó! Los chinos son así. Buena gente. Para ir al hostal tengo que tomar el bus 63, el mismo que tomé la primera vez que estuve en Kunming para ir a la terminal de trenes que nunca encontré. Anoto 63 en un papel para preguntar una vez que esté abajo del tren y se me ocurre pedirle a mi amiga que me escriba BUS delante. No me entiende y me escribe cómo pronunciar en chino "¿Dónde está la parada del 63?" y me lo muestra para que repita. No, no. Entonces le muestro el papel en el que tengo escrito "Estación de tren" en chino para que entienda lo que quiero pero sigue sin entender. Finalmente su novio comprende lo que quiero, le dice y me escribe en chino en el papel "¿Dónde está la parada del 63?", GENIAL!, GRACIAS! Llegamos a KUN MING. Nunca pregunté pero esta vez estaba segura de que Kunming era la última estación. Uso el último pañuelo húmedo que también termina NEGRO, me aseguro de que tengo todo, de que no perdí nada esta vez. Saludo a mis amigos, les agradezco. Bajo del tren contenta por haber llegado con mis ojotas y sigo a la multitud. Me miro en algún cristal y me parece que tengo un ojo negro... Bueno, podría estar maquillada, MUY MAL maquillada, ¿por qué no? Una vez en la calle miro los números de los buses y no veo ningún 63. Entro en un kiosco y le muestro el papel que contiene la pregunta china a un chino que le pregunta a una china en chino y me señala hacia la esquina. Sigo sus instrucciones, encuentro dos 63 vacíos, estacionados. ¿La terminal de trenes es la última parada del 63? Cómo no me dijeron eso cuando lo tomé, hubiera sido mucho más fácil y aún más, la HUBIERA ENCONTRADO!!!!!! Bueno, y ¿la parada del 63 dónde está? Sigo de largo para ver si está en la próxima calle y nada. Muestro mi papel otra vez y me mandan a los buses estacionados. Pero no hay nadie ahí. En este deambular por los alrededores de la estación siento que me miran mucho, pero mucho, TODOS. Le pregunto a una chica que está en un kiosco al lado de los buses estacionados. Todo con señas y papel porque no sabe nada de inglés y yo no sé nada de chino. Me señala la esquina otra vez. Allá veo muchas paradas, busco el 63, BINGO! Me quedo esperando un buen rato. De repente, me preocupa que no me hayan guardado la cama que reservé en el hostal antes de irme a Dali, no recuerdo haber avisado que llegaba tarde, tendría que haberla pagado!!! Bueno, dormiré en el sofá de la sala de televisión, yo no voy a buscar otro hostal ahora, yo hice mi reserva! Cuando llega el bus vacío dejo que todos suban antes que yo. Deposito un billete de 1 Y en la ranura, tomo el boleto y me siento en el primer asiento sin quitarme la mochila, apenas entramos. El bus arranca. Durante el recorrido se va llenando de gente. Circula muy lento, hay mucho tránsito. Son las 19 hs de un viernes, supongo que en cualquier ciudad del mundo eso califica como hora pico. Pasa el tiempo y nunca llegamos a mi avenida, y yo espero que la recorra un buen rato. De hecho, quiero ver hasta dónde llegué aquella vez que andaba en busca de la Terminal de Trenes pero no encuentro nada que me resulte familiar. Empiezo a dudar... ¿Me habré tomado el bus en sentido correcto?... Estaba vacío cuando subimos, tiene que haber empezado el recorrido ahí. Hay una señora detrás mío que parece comprender mi cara de perdición pero ni se me ocurre expresar palabra alguna. Mejor, espero. Cada vez sube más gente. El chofer grita "Hay lugar atrás!" en chino varias veces. De repente veo una plaza conocida, estuve ahí con Andrew cuando volvimos caminando luego de retirar los pasajes de tren en aquel hostal. El puente, vengo del otro ladooooo!!! Me paro para bajar, quiero ir para adelante, estaba en el primer asiento y es China, me tienen que dejar bajar por cualquier lado pero uno de los chinos que está aplastado enfrente mío me dice que NO en chino, me señala para atrás, "Yes, but I can´t", insisto, NO, para atrás, la puta que te parió! No me deja opción, encaro para atrás, "excuse me, excuse me"... No fue para tanto, había varios huecos y los chinos son chiquitos! Me bajo del bus y estoy enfrente del hostal. Mi felicidad es ENOOOORME, me siento GARDEL!!!!!!! Estoy tan contenta que ni pienso caminar hasta el puente para cruzar... ¿Para qué? Si el hostal está enfrente mío. Mientras cruzo la calle y salto la baranda que separa los carriles escucho las bocinas que me tocan y pienso que China no es lo que yo creía en cuanto a reglas. Sigo cruzando como si lloviera... Ahhh! Ya sé lo pasó el día que salí en busca de la terminal de trenes en el 63. Estuve buscando la estación de trenes de Retiro caminando por Palermo. Sí, sí, me tomé el bus para el otro lado... Qué aparato! Entro al hostal preocupada por mi cama. No sólo me están esperando sino que hasta puedo elegir habitación con o sin baño. Sin baño, por favor. La señora de la recepción, que me recuerda, me pregunta si me gustó Dali, y me dice que estoy bronceada... "Mmm, no, it is dirt from the train". Dejo la mochila en mi nueva habitación, bajo a ducharme para sacarme toda la tierra de China que traigo conmigo y cuando paso por la sala de TV veo a la china que odia mi toalla. Sentada, con la misma cara de asquerosa de siempre, en uno de los sofás. Y me pregunto qué hace ahí, a esta hora de la tarde sin su iPhone enfrente...

Kunming, 13 de agosto de 2010.

4 comentarios:

  1. La foto me encanta, la verdad que muchas veces viajamos de noche para ahorrarnos tiempo y nos perdemos de unos lindos paisajes. Por suerte, este viaje fue mucho más tranquilo y quizás "normal".

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  2. Qué quiere decir que lograste leerlo entero? CUCU MALA! :)

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  3. qué aventuras, dani, qué genial! lo de la cara negra es IMPERDIBLE! me matás de risa, te mando un beso enorme,
    meritt

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